CD ZAFRA - Jerez

Si, como dice el refrán, a perro flaco todo son pulgas, nosotros deberemos ser ya un escuálido canino. Los obstáculos en nuestro camino aumentan cada día, pero el placer de derribarlos y seguir nuestra marcha nos hace crecer cada día. El domingo comenzó por un cambio de horario cuyo motivo aún nos estamos explicando. Nos da igual que Alonso se juegue el Mundial de automovilismo o de petanca, nuestro único interés se llama Diter Zafra. Un sol mañanero fue testigo del empate de nuestro equipo, que demostró algo más de espíritu, pero cuyas carencias volvieron a quedar manifiestas. De lo que no carece es de un grupo incondicional, lo ha tenido, lo tiene y lo tendrá, por mucho que el equipo nos siga dando disgustos, que esta categoría nos ahogue o que la represión de los de siempre alcance cotas cercanas al surrealismo. El último capítulo sería desternillante si no fuera porque dos de los nuestros pueden recibir unas buenas recetitas. Y todo porque a los jugadores visitantes les dio por provocar y hacer gestos al Frente Azul cuando se adelantaron en el marcador, a lo que recibieron respuesta. Y la de los señores de verde no fue otra que identificar para abrir proceso de multa a dos miembros en el descanso por "bajarse los pantalones y hacer calvos, entre otras cosas". Delirante. La persecución no acaba en el campo, sino que llega hasta nuestras propias casas, recibiendo visitas en nuestros domicilios como si fuéramos delincuentes. Nuestro único delito, animar a nuestro equipo, como hicieron la treintena de incondicionales que se dejaron la voz durante todo el choque. No nos robarán nuestra pasión.
ENMARRONAOS '98