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jueves, 20 de marzo de 2008

CD ZAFRA - Cacereño


El equipo se acerca cada domingo más rápido al precipicio. Nuestras voces, nuestros ánimos, nuestro aliento, es lo único que funciona de contrapeso y que evita que aún no hayamos llegado al borde, pero nosotros no podemos marcar los goles. Y eso cada día somos más los dispuestos a no dejar que la situación del enfermo empeore, ante el Cacereño alrededor de 50 miembros. El partido prometía, por ser dos equipos llamados a luchar por el ascenso, por todo lo acontecido la última vez que ambos equipos (y seguidores) se vieron las caras, y porque nuestro Díter Zafra necesitaba la victoria para comenzar a recuperar el terreno perdido. Una vez más, el campo sólo nos ofreció decepción. Una vez más, también, nuestra grada sólo nos ofreció orgullo. El tempranero gol en contra y el resultado adverso no hizo sino redoblar los cánticos, que no llegaron al nivel de otros partidos, ya que la contrapartida negativa de ser tantos en la grada es el aumento de la complejidad en la coordinación. Aún así, en los ojos de los habituales, de los que no fallan cada domingo, se veía ese brillo por el orgullo de volver a ver a muchos que en otros momentos fueron asiduos, a esa 'vieja guardia' que siempre ha seguido ahí, a los miembros más jóvenes que vienen empujando fuerte, todos unidos por esos dos colores que marcan nuestras vidas. No nos lo ponen fácil, nunca lo han hecho, ya sea por el abusivo precio de las entradas y los abonos que obligan a muchos a buscarse la vida de mil maneras para no perderse a su equipo, o por la falta de un espacio en el cual poder guardar nuestro material de grada, uno tras otro, seguiremos superando todos los obstáculos que quieran ponernos en nuestro camino. Y el que más nos duele, el de la derrota, porque el Cacereño se llevó la victoria del Nuevo Estadio, quedando nuestro equipo en una situación delicada. Este enfermo no mejora, pero cada día cuenta con más enfermeros.
Díter Zafra, el Frente Azul no te dejará morir.

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